S O L E D A D E S.
*
Qué pequeño gusano que me siento
al mirar el mar y las estrellas,
que galopan sin saber que son tan
bellas,
y cómo las quisiera sentir en el pensamiento.
una lágrima del viento en la noche
que despertara el letargo del
silencio
cuando baja por las aguas de su
río.
A lo sumo quiero ser sólo el
aliento
de mi alma congelada por el frío
y después de acariciar una mirada
de las burbujas sangrantes de mi
pecho.
Si pudiera con los labios escuchar
los timbales de las olas en el mar
y partir la distancia en dos
mitad.
Pintaría la fragancia de un suspiro
y por marco le pondría un tajamar
que bebiera las cenizas del ocaso
donde el fuego solo es oscuridad,
esparcida como polvo en la noche
sin cadenas que la puedan fondear,
en las murallas de los mares sin
retorno
y a la grupa de las olas de la
mar.
Si pudiera separar los ojos de mi
frente
o la tinta que emanan sin cesar
en el vientre de las rocas de mi
mano:
Tal vez que pudiera de ese modo descansar
de las ruecas sangrientas de mi
pecho;
aunque viviera cubiertas por las
sombras
las esfinges, ignorantes sin
caudal.
Aunque fuera solamente un deshecho
aparcado en un hastío muladar,
o en las cascadas lagrimosas de mi
alma,
donde duermen con los sueños,
alguna paz.
La belleza desprendida de las
flores,
las estrellas, la sonrisa y el
coral,
la luz y el cantar de ruiseñores,
no se hicieron para mi en ningún
lugar,
ni pretendo, ni quiero que así sea
porque todas me ocuntan libertad.
Y maldigo la estrella de mi sino
porque puso sobre mi un pedernal.
Los abrojos poblaron el camino,
donde el aire no lo puedo respirar
y el que llega a el entorno de mi
labios
es amargo como acíbar o retamar.
De ahí que me sienta un gusano
desprendido de las ramas de un
rosal
que camina arrastrado por el suelo
como sierpes enredadas en un
jaral.
Pero tengo la esperanza y el
consuelo
de que un día abrevaré en la
libertad.
Libertad, de decir como lo siento,
los aguijones que me suelen
taladrar,
la sonrisa y del propio
pensamiento,
donde duermen las sombras de la
nada
confundida con la yerta soledad.
*